sábado, 29 de octubre de 2011

Hoy hace un año...

Hoy hace un año desde que mi papá nos dejó.

Ha sido un tiempo muy difícil para nosotros, supongo que quien ha pasado por algo así sabe qué tipo de dificultades emocionales te puede traer la pérdida de un ser querido y tan importante en tu vida.

El caso es que hoy tan solo un año después y al mismo tiempo después de doce largos meses, el dolor y el tiempo parecen haber perdido noción o medida.

A la vez que siento el peso de estos meses como años en mi alma, siento como si fuese ayer mismo; Y al mismo tiempo que un gran dolor permanece por la pérdida de mi padre, siento una gran esperanza que alivia todo dolor, que responde toda pregunta ...Mi padre, está con Él.

Nada de lo que pudiera haber vivido a nuestro lado como padre, como marido, como hijo, como hermano, como tío, como amigo, se compara al increíble y maravilloso hecho de que no podría estar mejor; Al maravilloso hecho de que está con Jesús, aquel por quien vivió toda su vida, y a quien se la entregó cuando el cielo decidió que era su hora.

No puedo ni me atrevo a cuestionar a Dios en sus perfectos planes, sé que Él es conocedor de los tiempos, y de sus propósitos. Pero si en algún momento en toda confianza hablo con Jesús y mis lágrimas le preguntan por qué, Señor, ¿Por qué papá se fue? Señor, ¿Por qué tenemos que pasar por esto?... Una paz más grande de la que haya podido sentir nunca entra en mí, y cobran sentido todas las cosas: Que estamos aquí por un tiempo. Que una vida sin propósito está muerta. Que tengo un llamado en mi corazón. Que deseo vivir como papá lo hizo. Que deseo encontrar a Jesús un día cara a cara. Que Él es mi vida, mi aliento, mi fuerza, mi inspiración. Que no hay regalo más grande que encontrar a Jesús, que amarle, que conocerle, vivirle, sentirle.

Así como en un sueño mi padre me decía: No importa que yo esté muerto o vivo, o que tú estés muerta o viva. Lo importante es que los que estáis vivos tengáis el Espíritu de Cristo.

Hoy me digo a mí lo misma. Estoy de paso, y quiero vivir para Él, y para poder llevar con mi vida el mensaje, de que Jesús está ahí para todos, de que Él es el único camino.De que nada se compara a su amor.
Espero que los que ya creemos, no nos dejemos engañar por las cosas banales de la vida y olvidemos el verdadero significado del Amor de Dios. Porque si lo comprendemos seremos abrigo en el invierno, agua en el desierto, familia para quien no tiene. Madres, padres, hermanos, de quien lo necesite. Cobijo para el desabrigado, una mano para el solitario, un camino para el perdido y así un millón de manifestaciones físicas del Amor.
Si lo comprendemos, seremos esperanza para este mundo. Si lo olvidamos, el mundo está perdido.

Quiero aprovechar, para agradecer a TODOS, los que estuvieron a nuestro lado independientemente de la manera. A todos los que me ayudasteis a traer el cuerpo de mi papá a España. A todos los que con un abrazo, un mensaje, una llamada os hicisteis participasteis de mi dolor y ayudasteis a llevar la carga. A toda la familia, especialmente a Marisol que fue un brazo fuerte en quien agarrarnos (Dios te usó). A todos los amigos que estuvisteis ahí (algunos capaces de hacerme reír en los momentos más insospechados-Verdad Dani? Only you-).

A muchos que no eran amigos y se solidarizaron con nosotros convirtiéndose en ángeles :)
Gracias de corazón…

Hace un año que papá se fue con Dios, y tengo paz, mucha paz.



Gracias por leer esto



Kesia

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